Hoy, 4 de febrero, se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer. Este fue el día elegido por la Organización Mundial de la Salud, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) con el objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad. Aunque para las personas que sufren un cáncer o las que tienen a alguien cercano que lo sufre, todos los días son el día del cáncer.
Según los últimos datos de la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), presentados esta semana en la sede de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2023 el número de personas diagnosticadas con cáncer en España alcanzará los 279.260 casos, lo que en principio significa una estabilización con respecto al año anterior. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la realidad puede ser ligeramente diferente ya que esta estimación no incluye aún el posible efecto de la pandemia de la COVID-19. Según indica Ramón Reyes, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer, “los pacientes van a llegar en estadios mucho más complejos debido a los retrasos en el diagnóstico provocados por la pandemia, con lo que vamos a tener pacientes con mayores necesidades y mayor número de pacientes». Y no solo ha habido retrasos en los diagnósticos, «durante la pandemia, uno de cada dos pacientes ha sufrido retrasos en los tratamientos, sobre todo en cirugía y radioterapia».
Entre estos casos, el cáncer de mama será el más frecuentemente diagnosticado en mujeres en 2023, con más de 35.000 casos, seguidos por los de colon y recto (16.364) y pulmón (9.016). Entre un 15 y un 20% de estos casos serán diagnosticados como HER2+, con lo cual en 2023 habrá entre 5.000 y 7.000 nuevos casos de cáncer de mama HER2+, un tipo de cáncer más agresivo e inicialmente con peor pronóstico, aunque gracias a la investigación y a los nuevos fármacos ya disponibles en España como trastuzumab deruxtecan (Enhertu) esperamos que las estimaciones en cuanto a supervivencia y calidad de vida puedan ir mejorando.
Para ello es vital seguir invirtiendo aún más en investigación, en más ensayos clínicos, en formación de los investigadores, en infraestructuras, y por supuesto, en conseguir que los nuevos tratamientos lleguen a los pacientes lo antes posible y de forma equitativa en todos los hospitales del país.